Alrededor del mundo existen una diversidad de métodos para producir energía eléctrica y esto va a depender de los recursos que se encuentren en el territorio. Desde la revolución industrial en el siglo XVIII, el uso de combustibles fósiles, tales como, el carbón y los diferentes derivados del petróleo, tuvo un incremento impresionante y su uso como recurso energético se elevó para las diferentes maquinarias que se desarrollaron.
Esto en su momento no significó un problema, ya que el término “contaminación” no se empezó a emplear si no hasta la Segunda Guerra Mundial, durante las lluvias radiactivas después de los ensayos nucleares derivados por el Proyecto Manhattan y la comenzó a tener una clasificación para las diferentes partes del medio ambiente.
El uso de los combustibles fósiles (gasolina, gasóleo, turbosina, etc.) como materia prima para generar energía eléctrica causó el incremento de las emisiones de CO2, gases que son parte del efecto invernadero. Dicho efecto es esencial para la vida en términos estables pero, ¿Qué sucede al verse un incremento de estos gases? La tierra empieza a incrementar su temperatura, lo cual tiene afectaciones climatológicas, lluvias ácidas, derretimiento de los casquetes polares, entre otros.
Surgimiento de las energías renovables
Dicho lo anterior, los países notaron estos cambios y formaron parte de las estrategias de cambio, por ejemplo, el protocolo de Kioto donde hacen una diferenciación entre los tipos de países y las responsabilidades y obligaciones de cada nación según se indican en el tratado para reducir el cambio climático. Con esto, llegó el término “energía renovable” que empezó a utilizarse a partir de 1970 para referirse a las energías cuyos recursos podrían renovarse a mayor velocidad con respecto al consumo. Esto resultó una vía necesaria para reducir los contaminantes del ambiente.
Parte de la obtención de la energía mundial es por medios de estas energías renovables que aportaron una reducción en la emisión de gases de efecto invernadero. Podemos mencionar a las energías renovables como:
- Energía eólica
- Energía solar
- Energía hidráulica o hidroeléctrica
- Biomasa y biogás
- Energía geotérmica
- Energía mareomotriz
- Energía undimotriz u ola motriz
- Bioetanol
- Biodiésel
Huella ecológica, ¿Qué es?
La huella ecológica se refiere a la cantidad de CO2 y otros componentes contaminantes que no son emitidos al medio ambiente con el uso de estas energías renovables. En el último siglo los avances en la tecnología han incrementado estos valores, por ejemplo, en los últimos años la innovación y producción de paneles solares como pieza fundamental de la energía solar proporcionan significativamente un aporte a la huella ecológica. La cantidad de proyectos solares en los últimos años se ha convertido en una de las alternativas de energía modificando los valores de la huella ecológica.
Los paneles solares para proyectos solares, aportan un porcentaje significativo, para la huella ecológica y proyectos a escala industrial reducen hasta toneladas por año de emisión de CO2, mientras que los proyectos domésticos en conjunto aportan parte del porcentaje. No solo representan un ahorro económico como una inversión a largo plazo, también tienen un aporte para el territorio como medio para no utilizar combustibles fósiles como recurso para producir energía y de esa manera, el efecto invernadero no tendrá consecuencias significativas así como la lluvia ácida no afectará los territorios agrarios para la producción de alimentos.
